martes, 1 de marzo de 2011

La responsabilidad de los árbitros

Así como todo profesional está obligado a responder civilmente, esto es, monetariamente, por los daños y perjuicios que una negligente prestación de servicios pueda ocasionar a sus clientes; o como un juez de derecho tiene el deber de asumir las consecuencias económicamente perjudiciales para una de las partes en litigio de sus actuaciones apartadas de la ley, asimismo y por que ninguna corona tienen, los señores árbitros que intervienen en la liga nacional de fútbol están legal e inexcusablemente vinculados con las consecuencias de sus actuaciones.

Cierto es que EL MÁS GRANDE no ha tenido buenas temporadas últimamente, pero también es cierto, y absolutamente nadie que no tenga un interés que defender, usualmente contrario al esta maravillosa institución, puede negarlo, que algunos árbitros de fútbol (que por bien conocidos sería necio nombrar) se ufanan por competir para ver cuál puede hacerle más daño; ya permitiendo los shows histriónicos; ya pretendiendo verle la cara de idiotas a quienes con verdadera pasión seguimos asistiendo al estadio. Todo esto solamente abona para que el espectáculo del fútbol empeore y los ingresos del club por concepto de taquilla se mantengan paupérrimos... Este es el propósito: no dejar que BARCELONA mejore...

Es este sentimiento de impotencia, de furia reprimida por años sin poder vengar apropiadamente el daño recibido, el que motivó la reprimenda de José Francisco Cevallos, un verdadero caballero del fútbol, al árbitro Intriago, requeteconocido odiador de Barcelona, que por decencia debería excusarse de intervenir en partidos de ese equipo, porque para él sería sencillamente IMPOSIBLE aplicar las reglas del fútbol con IMPARCIALIDAD, que es la primera de las cualidades imprescindibles que debe tener todo juez.

Así como Intriago ha planteado una acción civil contra el señor Cevallos por supuestas injurias, llevando al plano civil el resarcimiento de daños derivados del fútbol, asimismo debería EL MÁS GRANDE iniciar acciones civiles de daños y perjuicios contra los árbitros que admiten la quema de tiempo, permiten el corte sistemático del juego de los equipos que vienen al Monumental (el antifútbol), se hacen de la vista gorda cuando nos hacen faltas dentro del área rival, nos anulan goles, no adicionan el tiempo correcto etc. etc. etc. En otras palabras, se encargan de afear el espectáculo aún más de lo que el equipo visitante pretende. Se convierten en sus aliados íntimos. Lo curioso; lo revelador; lo que los delata de cuerpo entero es que DE REPENTE, cuando EL IDOLO DEL ECUADOR anota un gol y se pone en ventaja, el árbitro empieza a pitar de una manera COMPLETAMENTE DIFERENTE. Allí empieza a exigir que se juegue sin dar respiro a los jugadores del local, quienes no pueden tocar al rival sin ser sancionados con falta y si osan resultar lesionados son amonestados o expulsados...

DOBLE MORAL? No. Odio puro y simple. Inicie señor Harb los juicios civiles contra los árbitros. No hay que tenerles miedo como lamentablemente les cogió la FEF, después de la amenaza de huelga...

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